EL PATRIMONIO DE UN ESCRITOR

EL PATRIMONIO DE UN ESCRITOR

En los últimos días está llevándose a cabo una agria discusión en el Twitter de Lorenzo Silva sobre descargas ilegales. Huelga decir que nadie lo llama así. Lo llaman piratería, que es como le gusta llamarlo a los autores.

Lo primero que hay que decir es que el tal Lorenzo Silva tiene una pésima educación. No me refiero a ésa que te pueden comprar tus padres llevándote a un buen colegio o una buena universidad a estudiar derecho, no. Me refiero a ésa que tus padres te regalan enseñándote a comportarte y creando en tu mente una escala de valores y una ética vital. En definitiva, es un maleducado.

EDITORES Y EDITADOS

No soy parte del mundillo editorial, vaya eso por delante. Se podría decir que soy escritor consorte ya que mi pareja, además de trabajar en la enseñanza online, tiene ya tres novelas escritas y publicadas. Como quiera que tras la comida siempre nos gusta tomar un café charlando, uno acaba enterándose de los recovecos del mundo editorial y, sinceramente, no tiene ni pies ni cabeza. Tal vez hace treinta, cincuenta o cien años el modelo funcionase y tuviese sentido pero, a día de hoy, esta mas que obsoleto. Me explico.

En el mundo anglosajón existen dos figuras bien diferenciadas. Por un lado esta el editor. Éste se encarga de ayudar a un mejor acabado de la obra, proponer al autor los cambios necesarios, aportar un punto de vista experto en el mundo de la creación de escritos y demás. Por otro lado esta el “publicador”. Éste se encarga de publicar la obra, maquetarla, ponerle unas buenas ilustraciones, hacer publicidad y contactar con distribuidores (si es que no es también distribuidor) para que esa criatura parida por el escritor y pulida por el editor llegue hasta el usuario final.